Una vez escuché la sesión de un grupo de autoayuda y recuerdo mucho a una mujer que subió al estrado a decir su testimonio, hablando de lo mucho que le ha servido pertenecer a ese grupo, de los años que llevaba en él y de cómo había cambiado su vida desde entonces. Y de pronto mencionó una frase que llamó mi atención: - Compañeros, yo estoy aquí porque yo ya no quiero llorar sola. En ese instante un relámpago sacudió mi cabeza. ¿Escuché bien? Una mujer que habla de superación personal y que no quiere llorar sola. ¿Y acompañada sí? Entónces comprendí que habemos personas que realmente pensamos que no tenemos más opciones que las que nos han sido presentadas. Gente asalariada, "semanales" les llaman, porque ganan tan poquito que por ley debe pagarseles a la semana para que no se vean tan "afligidos". Gente de muy buen nivel de conocimientos en un corporativo, pero que son tratados como obreros de buen ver, se conforman y piensan que es normal. Mujeres que son maltrata
La muerte no es el fin, sino el comienzo. Papá vino a mi vida a enseñarme que todo tiene un cometido. Que todo tiene una razón. Pasarán los meses y los años, pero este sentimiento encontrado se quedará en su lugar. Como una constante, como un pasajero, como los cerros, como el paisaje, como los sueños..., y mientras... la vida transcurre y se va. ¿Tiempo? ¿Quién dice que "no tiene tiempo"? Si tiempo... es lo único que tenemos. El sarcasmo y la picardía mexicana nos recuerda cada año que éste, nuestro tiempo, está contado. Que vale la pena hacer con él algo grandioso. Hoy no escribiré sobre tradiciones ni creencias. Ni sobre los antecedentes históricos o legendarios que hacen de esta fecha un cúmulo patrimonial de tradiciones y cultura. Hoy no escribiré sobre sociología, ni sobre la esperanza que impulsa a los dolientes a sentir que sus seres amados regresan de visita cada año. No escribiré sobre el más allá. No escribiré sobre esperanza ni sobre fé, sino que en vez de eso, ac