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¿Quién dice que "no tiene tiempo"?

La muerte no es el fin, sino el comienzo.

Papá vino a mi vida a enseñarme que todo tiene un cometido. Que todo tiene una razón.
Pasarán los meses y los años, pero este sentimiento encontrado se quedará en su lugar. Como una constante, como un pasajero, como los cerros, como el paisaje, como los sueños..., y mientras... la vida transcurre y se va.

¿Tiempo? ¿Quién dice que "no tiene tiempo"?
Si tiempo... es lo único que tenemos.

El sarcasmo y la picardía mexicana nos recuerda cada año que éste, nuestro tiempo, está contado. Que vale la pena hacer con él algo grandioso.

Hoy no escribiré sobre tradiciones ni creencias. Ni sobre los antecedentes históricos o legendarios que hacen de esta fecha un cúmulo patrimonial de tradiciones y cultura. Hoy no escribiré sobre sociología, ni sobre la esperanza que impulsa a los dolientes a sentir que sus seres amados regresan de visita cada año. No escribiré sobre el más allá. No escribiré sobre esperanza ni sobre fé, sino que en vez de eso, acerca de acciones, de pasiones. Hoy tampoco escribiré acerca de la vida después de la muerte para quien muere. Más bien sobre la vida después de la muerte, para quien aún vive, para quien sigue. El festejo de la vida para quienes seguimos vivos convierte estas fechas en más que una remembranza, en un recordatorio para aprovechar lo único que todos tenemos: tiempo.

Dicen que una manera de honrar a los que han muerto, es vivir. -No he olvidado esta frase desde que la escuché.
Vale la pena entonces agradecer este tiempo que tenemos ahora, aprovechar minuto a minuto, y detalle a detalle.

Si tú y yo estamos vivos, tenemos tiempo.
Y si tú estás vivo, atrevete a cambiar tus propios esquemas, a hacer lo que aún no has hecho, a escribir tus aventuras y a pintar tus sueños de colores. Aduéñate de tu vida, de tu tiempo, de tu aliento. Ama profundamente y sin miedos, vive con intensidad. Porque de eso se trata la vida, de la fiesta de todos los días, para festejar que estamos vivos, mientras que aún tenemos tiempo. No te frustres y no te agobies. No te olvides de lo que es importante. Cae como los niños pequeños, raspón tras caída y luego levántate y corre otra vez, llora un poco y sigue jugando, con inocencia, con alegría y con pasión.

Si estás vivo, disfruta tus emociones, conócelas, domínalas, cuídalas y alimentalas.
Si estás vivo, ríe.
Y llora y enójate y grita.
Sin olvidarte de lo que es importante.

Si estás vivo, ríe otra vez.
Si estás vivo, ama.
Si estás vivo, vive.


Y si pierdes a alguien, vuelve a hacerlo todo otra vez.
Porque de eso se trata estar vivo.
Porque aún tenemos tiempo.

Porque la muerte no es el fin, sino el comienzo para todos nosotros que estamos vivos aún.

¿Quién dice que no tiene tiempo?
Si tiempo es lo único que tenemos.



Raquel Picazo.
Ixtapan de la Sal, 1 de noviembre de 2011.

Comentarios

  1. Bonitas palabras. Desde luego suponen una auténtica lección de vida.

    Procuraré hacerte caso.

    Un saludo.

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Estimado lector,
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